​Un guante

Juninho Pernambuco se retiró del futbol, y nos dejó principalmente una gran serie de goles de tiros libres.

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Antonio Augusto Ribeiro, mejor conocido como Juninho Pernambucano, nació el 30 de enero de 1975 en Recife, Brasil. Comenzó su carrera como profesional en el Sport Recife, donde logró dos títulos regionales (Campeonato Pernambucano y Campeonato del Norte) y el ascenso a la Primera División, mostrándose como una joven promesa del fútbol brasilero.

Sus buenas actuaciones le valieron el pase al Vasco da Gama donde se asentaría definitivamente como un buen proyecto de mediocampista. Además comenzó a ser considerado de los mejores pateadores de tiros libres del país, lo cual sería su sello durante toda su carrera.

El equipo Vasco había formado un gran equipo que en los años 90 se había caracterizado por lograr varios títulos estaduales. Junto con la llegada de Juninho, se dio el regreso de Edmundo al equipo de Río. Con sus 29 goles el Vasco fue por tercera vez en su historia campeón de Brasil.

Juninho fue titular en la mayor parte de los partidos, destacándose por anotar cuatro goles, entre ellos algunos de mucho valor.

Con el título de campeón de Brasil en las vitrinas, no existía mejor manera de comenzar a celebrar sobre comienzos del año 98 los cien años del equipo carioca. Ese año los festejos continuarían, ya que lograron levantar su primera Copa Libertadores al derrotar en la final al Barcelona de Guayaquil.

Más afianzado que nunca en la titularidad, Juninho comenzó a quedar en el recuerdo de todos los hinchas del Vasco al anotar el gol que le dio el pase a su primera final continental. Fue ante el vigente campeón de la Libertadores, River Plate, que en el partido de vuelta había logrado empatar la serie con un gol de Sorín.

Lamentablemente el festejo no pudo ser completo. El Vasco tuvo la chance de jugar la vieja y querida Intercontiental frente al Real Madrid de Gus Hiddink. Los españoles comenzaron ganando con gol de Morientes, pero Juninho empató el marcador.

La ilusión duró poco ya que apareció la clase de Raúl para sellar la victoria europea. El Vasco dejaba pasar su primera chance de coronarse como rey del mundo futbolístico.
Luego de un año sin títulos, en el 2000 se daría en el equipo carioca el regreso de Romario para que vuelva a reinar en Río el carnaval ya que lograron campeonar tanto a nivel local como a nivel internacional.

El Vasco arrolló en Brasil logrando el Campeonato Brasilero y la Copa Mercosur. Juninho, más ídolo que nunca, anotó goles importantes en la final del torneo local ante el Sao Caetano además de destacarse por abrir el marcador en la primera final de la Copa Mercosur -otro magnífico gol de tiro libre-. 

Con las credenciales de super campeón partió a Francia para enlistarse en el Olympique de Lyon. En el equipo europeo continuó consiguiendo títulos, reinando en el país por siete años consecutivos sin rival que se les acercara.

A pesar de su hegemonía a nivel local, en Champions League nunca lograron el salto que año tras año se esperaba del equipo francés. Igualmente Juninho se dió el gusto de derrotar a los mejores goleros de Europa, como Kahn, Casillas o Valdés.

Mientras triunfaba en el futbol europeo, Juninho tuvo un pasaje corto por la selección brasilera. Fue parte del plantel que logró la Copa de las Confederaciones en el año 2005, ganándose un lugar para defender el título de campeón del Mundo en Alemania 2006.

La Francia de Zidane les quitó el sueño, y el mediocampista brasilero salió al cruce con declaraciones picantes al afirmar que Brasil debía recambiar la selección pensando en gente más joven, que tuviera más para darle al equipo.

Luego de ocho años en el Lyon, y habiendo superado la barrera de los 100 goles, el mediocampista brasilero decidió partir hacia Catar para continuar su carrera futbolística. En el exótico fútbol catarí defendió al Al-Gharrafa, equipo con el cual se coronó campeón de la Liga y de la Copa en dos años que estuvo ahí.

En Abril del 2011 decidió regresar a Brasil para defender los colores del Vasco da Gama. Su segunda etapa en el club duró dos años. Sobre fines del 2012 decidió emigrar al fútbol estadounidense para enlistarse en el equipo de Nueva York. No fue buena la experiencia del brasilero en el norte de América, ya que seis meses después y habiendo jugado solamente quince partidos decidió rescindir el contrato para regresar al Vasco.

Su tercera etapa en el club fue la menos productiva, pero le bastó para anotar 2 goles en dieciseis partidos y poder retirarse con la camiseta que más alegrías le dio.

El 2 de febrero de 2014 y habiendo cumplido 39 años dos días atrás, el mediocampista brasilero anunció que no continuaría jugando al fútbol. Con él se fue uno de los mejores pateadores de tiros libres de la historia, que no solo logró anotar 75 goles de tiro libre, sino que fue un arma muy importante para que los equipos en los cuales formó parte lograran hacer historia.