"Me fui enojado de Danubio"

Tras seis meses sin jugar, Richard Núñez vuelve al fútbol profesional a vestir la camiseta de Rampla. El volante hizo un repaso de su carrera y habló de todo con PDA.

richard-nunez.jpg
Este domingo Richard Núñez cumplió 38 años, y aún juega al fútbol profesionalmente. Hace un mes, tenía 37 y era un exjugador. Las vueltas de la vida.

A mediados del 2013, luego de una campaña muy mala en Danubio (con Carrasco como DT) y otra donde al equipo le fue mejor pero él jugó poco (con Leo Ramos), Richard Núñez decidió colgar los botines. Sin embargo, Rampla lo llamó y no pudo evitar decir que sí, por lo que las canchas de la B apreciarán su fútbol en el 2014.

En charla con PDA, Núñez contó que se fue mal de Danubio y disparó contra los dirigentes. Hizo un repaso por su carrera, su racha goleadora en Grasshopper (metió 86 goles en 126 partidos), sus pasajes por España y México, y hasta opinó de la selección.

¿Volvés a Rampla?

Sí, sí. Ya estoy entrenando con ellos hace casi dos semanas.

¿Por cuánto tiempo? ¿Hasta cuándo es el contrato?

Firmé hasta que termine el torneo, que sería en mayo. La idea de ellos es seguir, pero no sé. Fui ahora porque ya me habían pedido cuando arrancó el año, pero por diferentes motivos les dije que no. Si todo va bien encaminado, a lo mejor un añito más puedo seguir, vamo’ a ver…

Y sobre todo si suben…

Sí, la idea es subir. Pero esperemos, no sé, todavía no tengo nada decidido.

¿Por qué no jugaste este último semestre?

Fue por decisión propia. Me fui mal conmigo mismo de Danubio, me fui enojado con la gente de Danubio, entonces decidí no vestir ninguna camiseta por el momento. Pero el hecho de estar en tu casa, uno que estuvo siempre jugando al fútbol, me aburría un poco, entonces tenía la oportunidad, sabía que Rampla me iba a volver a llamar, y aproveché para volver.

¿Por qué te fuiste enojado de Danubio?

Primero porque no me salieron las cosas como quería. Y segundo porque Danubio es un equipo grande, y la capacidad de los dirigentes no da para lo que es Danubio. No valoran lo que uno le dio a Danubio. Porque más allá que uno en este último año no haya andado como ellos hubiesen querido, yo nací en el club y estuve muchísimos años. Eso nunca lo valoraban, entonces por ese lado quedé molesto con la institución.

¿Entendés lo que hizo, por ejemplo, el Bolita Lima? ¿Tu caso es similar?

Sí, no solamente con el Bolita. Pasó también con Nachito (González), ahora también Malrrechaufe se fue a otro equipo. No es la primera vez que pasa esto en Danubio. La gente siempre escucha las campanas de los dirigentes y lo ve más como hincha, pero la realidad es que nunca valoraban realmente al jugador de Danubio.

El descenso con Rampla o la mala campaña con Danubio: ¿qué te costó asimilar más?

Son dos cosas diferentes. Descender con Rampla fue un golpe durísimo porque, la verdad, teníamos un plantel como para no descender y me tocó estar hasta el final. Lo bueno, lo que siempre rescato, es que nunca abandoné el barco. Otros en mi lugar podrían haberlo hecho. Yo preferí ir hasta el final, morir, pero dejando todo. Y lo de Danubio obviamente que me duele porque nací en el club y esa campaña no le gustó a nadie. Pero también siempre estuve ahí, di la cara y fui lo más frontal posible.

¿A Rampla le agarraste un cariño especial como club?

Sí, sí, porque aparte fue, después que me fui de Peñarol, el equipo que me llamó y ahora nuevamente se acuerda de mí. Valoran otras cosas además de lo deportivo, y eso a uno lo deja contento.

¿Qué pasó en esa mala campaña con Danubio? ¿Carrasco no le llegaba al plantel?

Nadie va a dudar de la capacidad que tiene Juan como entrenador. Por algo con River llegó y hoy es lo que es por el proceso de él. No es que no le llegaba a los jugadores, sino que propuso mucho para lo que era Danubio. Había mucho juvenil, que no estaba acostumbrado a ese tipo de trabajos y yo creo que eso fue donde él se equivocó. Pero nosotros somos los que jugamos. Juan puede armar el equipo, mal o bien, pero los que tenemos que rendir somos nosotros y no lo hicimos.

A Carrasco ya lo habías tenido en la selección varios años antes, ¿era el mismo que en aquel entonces?

El mismo. Lo mismo que planteaba en Danubio lo planteó en la selección. De lo que me acuerdo, creo que no vi una selección que jugara como la de Juan. Obviamente que no se compara el nivel de jugadores de hoy con los de ese momento, pero había un buen nivel de juego e intentaba jugar al fútbol, que eso es lo que le gusta a Juan.

¿Hoy se puede decir que tu posición en la cancha es la del clásico 10?

No sé si clásico… Hoy casi ningún equipo uruguayo juega con 10. Juegan un 4-4-2 cerrado, o 4-4-1-1, entonces el 10 como que se ha perdido en el fútbol uruguayo. El Tony (Pacheco) es un enganche, es un 10 que si no tiene con quien jugar se pierde. Yo no sé, me paro de 10 y trato de generar fútbol de ahí, pero no sé si soy o no.

Fuiste cambiando, ¿no? Antes jugabas más por afuera…

Sí, en mi carrera arranqué como puntero. Después Jorge Fossati cuando vino a Danubio me inventó de lateral-volante, que ahí fue cuando me fui. Y después afuera fui como lateral-volante, pero me fui volcando hacia el medio y quedé como 10. Fue todo medio raro.

En Suiza, entonces, que hiciste una cantidad de goles, ¿no eras nueve? Se te dio hacer goles nomás…

Me pasó lo mismo que le está pasando hoy a Suárez. Le pegaba al arco, rebotaba y entraba. Le pegaba medio sesgado, pasaba por donde no tiene que pasar y entraba. Lo que a él le está pasando hoy, me pasó a mí. Hay veces que vos decís: “pa, ¿cómo entró esa pelota?” Nadie sabe, pero entró. Pero aparte, el equipo era un buen equipo, proponía y daba para jugar y tratar de hacer goles. Y después con los tiros libres y eso, destacaba un poco más.

¿Cómo fue la experiencia en Atlético Madrid? ¿Costó la adaptación?

Fue difícil. Cuando llegué, los primeros dos meses estuve siempre a la orden. Y después de la lesión que me dejó un mes y medio afuera, fue difícil porque tuve que volver a engancharme. Al final terminé jugando, pero no era la idea. Fue una decisión mía de irme, primero porque no tenía pasaporte comunitario, que es una cagada porque tenés menos posibilidades, y porque salió lo de Cruz Azul.

¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera?

Si es por hacer goles, obviamente el de Suiza. Pero en México tuve algunos. En los primeros seis meses en Cruz Azul prácticamente jugué 300 minutos. Más allá de ese debut con los cuatro goles, después no jugué casi nada. Donde tuve continuidad, en Pachuca, salí campeón y tuve un pico importante de fútbol. Y con ese campeonato me dio para volver a renovar con Cruz Azul y quedarme casi tres años ahí.

¿Cómo es el fútbol suizo?

Es un fútbol que no es que no tenga presión, pero… A mí no me pasó porque llegué, hice un gol y después como era la figura del equipo, no me puteaban, era imposible que me putearan. Pero sí tenía compañeros que tenían algún grito o algo, aunque igual por más que gritaran no entendíamos nada. Es un fútbol tranquilo. Pero si no te adaptás, no jugás, porque han pasado muchos y no han jugado. A mí me gustó ese fútbol, aparte es competición europea.

¿Y futbolísticamente cómo es? ¿Vertiginoso como el inglés o más estilo italiano?

Tiene un poco de las dos cosas. Pero si no vas con la mentalidad que tenés que correr, estás en el horno, porque no jugás.

Fuiste compañero del Pato Sosa en Danubio, en Atlético y en la selección. ¿Hay alguna relación más allá de esas coincidencias?

Tenemos una amistad con el Pato desde que estábamos en Danubio. Tuve la suerte de convivir con él en todos lados. Para mí, aparte de lo que es como amigo, es un excelente jugador. Creo que nadie lo va a discutir, más allá de todos esos adjetivos que le ponen de lo que es afuera de la cancha. Mientras él responda adentro, con la vida personal cada uno puede hacer lo que quiera.

¿Ahora dejó el fútbol?

Sí, después de Danubio se aburrió. Cuando llegás a una cierta edad que las cosas no van derecho como uno quiere, y sentís como que te están traicionando, es preferible dar un paso al costado. Yo lo invité para ir a Rampla cuando me llamaron, pero me dijo que no, que no quería jugar más, que ya no quería tener más calenturas en la vida.

La época que te tocó de la selección no fue la mejor, sobre todo comparado con la de hoy. Desde lo organizativo o los procesos, ¿notabas, estando ahí, que las cosas se podían hacer mejor?

Sí, obviamente. Me tocó estar con muchos técnicos y muchos procesos. Hoy se tiene todo, en aquel momento no se tenía nada. Se pelearon por muchas cosas que hoy las mantienen o se han quitado, pero futbolísticamente en todos los procesos fuimos al repechaje, nunca fuimos directo. Podrás tener todo, y hoy para mí tiene los mejores jugadores del mundo tranquilamente, pero en el proceso real hemos ido a repechaje. Se le da para adelante, obviamente que como uruguayos todos queremos que le vaya bien, pero parece que el fútbol se inventó del 2006 en adelante y no es así. Para atrás hubo fútbol y hubo un gran fútbol.

¿Cómo la ves para este Mundial?

Yo le tengo una fe bárbara. Quiero que nos vaya como en el Mundial pasado o mejor. Me encantaría que Uruguay llegara a la final, pero va a ser un camino muy duro, no tengo dudas. Y más ahora que las otras selecciones no son las mismas de antes. Nosotros crecemos pero ellos también crecen, y más que nosotros. Ojalá que nos vaya bien porque lo merecemos. La alegría del fútbol quita las otras tristezas que tenemos en este bendito país.

Volviendo a vos, ¿qué hiciste en esos meses sin jugar?

Ni bien terminé en Danubio, a la semana ya estaba entrenando con el fútbol senior de Danubio, con la +35. Me invitaron y empecé a entrenar con ellos, jugué todo el torneo. Estaba también el “Cabeza” Delgado. Obviamente no se compara con el nivel profesional, pero estábamos en un grupo, tomabas mate, cosas que más o menos hacés cotidianamente a nivel profesional. Por lo menos la llevábamos bastante bien.

Y cuando te retires definitivamente, ¿sabés qué te gustaría hacer?

Siempre tuve la idea no de ser representante, pero sí aconsejar. Porque el fútbol es un ambiente muy difícil, donde te matan por cualquier cosa, se pelean por dos pesos, gente que nunca jugó al fútbol vende jugadores. Cosas que no tendrían que pasar. Me gustaría no representar, pero sí recomendar.

¿A vos te hubiera gustado tener alguien que te aconsejara?

Teníamos gente grande que aconsejaba. En aquel momento nosotros escuchábamos, hoy no te escuchan. Antes era más difícil: si no te hablaban, si no andabas bien, no ibas a ningún lado. Hoy nadie te da bola, saben que juegan dos o tres partidos bien y los venden a Europa. Se hizo mucho más fácil el fútbol.