
El rey Luis
Recordamos la historia de Luis Aragonés, como jugador y como técnico. España le agradece por lo que hoy disfruta.

Foto: khaleejtimes.com
Luego de haber sido fichado por Real Madrid, integró la larga lista de jugadores sin chance en los merengues y, después de haber sido cedido a varios cuadros, Luis Aragonés llegó a Atlético Madrid.
Jugando de volante por la derecha, mejoraría la visión de juego con la especialización en patear tiros libres y penales, lo que lo volvería una carta importante en ofensiva y lo convirtió, después de 10 años jugando en Atlético, en el goleador histórico del equipo.
En su primera temporada ganó la Copa del Rey y en la segunda logró su primera Liga, después de más de treinta años de sequía del equipo colchonero. Vivió uno de sus mejores momentos en la historia, sumando títulos, al tiempo que era una pieza clave del equipo.
Con 34 años estuvo por tocar el cielo con las manos: el Atlético más ganador de la historia no quería solamente levantar copas en España y aspiraba a más. Real Madrid, su clásico rival, ganador de la Copa de Europa (hoy llamada Champions League) en cinco oportunidades, en tiempos que no existían tantas diferencias, obligaban a no poder ser menos.
En la temporada 1973/1974, luego de eliminar a equipos como Celtic y Estrella Roja de Belgrado, Atlético llega a la final para enfrentar a Bayern Munich. Los alemanes eran de temer, pero Atlético tenía con qué hacer partido.
La final terminó con empate 0 - 0 y se fue a alargue. En esa oportunidad Aragonés tuvo la chance de hacer historia, anotó de tiro libre y adelantó a su equipo que tenía todo para conquistar Europa.
Pero el destino se interpuso. En un festejo adelantado el golero español descuidó el arco, permitiendo, a un minuto del final, el empate alemán con un tiro desesperado. Con la moral destruida, Atlético enfrentó dos días después al Bayern para desempatar tras el empate. Los alemanes llegaron con viento en la camiseta y ganaron 4 - 0.
Con demasiada superioridad, Bayern Munich amargaba la última gran noche de Aragonés como jugador. Al terminar de disputar esa temporada, la figura del jugador daba paso al entrenador.
De Atlético a la selección
Con el dolor provocado por la final perdida, Luis Lorenzo decidió abandonar la dirección técnica y los dirigentes propusieron a Luis Aragonés. El jugador decidió retirarse y aceptar el desafio de entrenar a sus compañeros. Con la chapa y mentalidad de ganador, los éxitos continuaron para los colchoneros.
Durante años se desempeñó en la dirección técnica. Dirigió a Betis, Mallorca y Barcelona, pero siempre regresó a casa: Atlético Madrid. Levantó Ligas, Copas del Rey y hasta una Intercontintental sin ser campeón de Europa. Sin embargo, la mayor emoción la sintió al regresar a Atlético a la Primera División, en el 2002.
Dos años después del título de Segunda, y tras otro ciclo en Mallorca, tuvo la chance de dirigir por primera vez a la selección española. La misma venía de fracaso en fracaso, sin demostrar en Europa la calidad de sus jugadores.
Su primera gran cita fue en Alemania 2006, sin un gran destaque. En su camino estuvo la Francia de Zidane, que los mandó de nuevo a casa. Pese haber prometido la renuncia si no salía campeón, se quedó en busca de revancha.
Sabiendo que el equipo podía más y con una experiencia mundialista sobre sus hombros, Aragonés cambia el estilo de juego de la selección de la histórica "furia", a la que él denominaría "la Roja".
Todavía el Barcelona de Guardiola no había disputado un solo partido cuando Aragonés comenzó a juntar a esos locos bajitos que tan bien jugaban al fútbol.
Le dió el mando del equipo a Xavi, que no era titular en el equipo azulgrana y lo rodeó de jugadores de buen pie como Iniesta, Fabregas y Cazorla. Como en todo cambio, hubo perjudicados y uno fue Raúl, simbolo de España en los últimos 15 años, que no fue citado para la Eurocopa. El técnico aguantó la presión de haber tomado una polémica decisión, y la movida le salió perfecta.
Poco a poco el equipo comenzó a tomar viento en la camiseta, mientras sabía que el principal problema de las selecciones españoles era su rendimiento en los momentos cumbres de la competición.
La primera señal de que este equipo estaba para cosas grandes fueron las victorias ajustadas sobre el final contra Grecia y Suecia, en la fase de grupos. Logró eliminar en cuartos por penales a Italia, sombra negra de la selección española durante toda la historia, y llego a semifinales por primera vez desde 1984.
En semifinales enfrentó a la sorpresa del campeonato, Rusia, y con contundencia la eliminó para medirse con Alemania en la final.
Aragonés sabía que no podía dejar pasar la chance de ser campeón de Europa y su cuadro no le falló. Fernando Torres, con la chapa del Atlético, anotó el 1 - 0. Sin errores de arqueros ni descuidos defensivos, España rompió el maleficio y se coronaba campeón de Europa luego de 34 años.
Tuvieron que pasar 38 años para que pudiera tomarse revancha de aquella final ante Bayern Munich. Esa noche dirigió su último partido con la selección española, para pasar a dirigir por unos meses a Fenerbahce.
Esa noche, Luis Aragonés dio un giro en la historia del fútbol español. Después vendrían las dos Champions de Barcelona con Xavi e Iniesta como líderes futbolísticos y el Mundial con Vicente del Bosque como entrenador. Títulos que comenzarron a gestarse en esa noche mágica en Viena.
Ganar, de eso se trata el fútbol
El 1° de febrero de 2014, su pérdida generó instantánea conmoción por parte de sus antiguos dirigidos. Su nombre queda en la historia y unido a Atlético Madrid, el equipo al cual llegó por la puerta de atrás y le termindó dando tanta hambre de victoria, la misma que inmortalizaría con su frase: "Ganar, ganar, ganar, de eso se trata el fútbol".
Atlético Madrid, su Atlético Madrid, ganó el pasado domingo el partido que le quedaba y quedó puntero en solitario de la Liga luego de 18 años.
Aragonés sonríe, su legado sigue vivo...
Jugando de volante por la derecha, mejoraría la visión de juego con la especialización en patear tiros libres y penales, lo que lo volvería una carta importante en ofensiva y lo convirtió, después de 10 años jugando en Atlético, en el goleador histórico del equipo.
En su primera temporada ganó la Copa del Rey y en la segunda logró su primera Liga, después de más de treinta años de sequía del equipo colchonero. Vivió uno de sus mejores momentos en la historia, sumando títulos, al tiempo que era una pieza clave del equipo.
Con 34 años estuvo por tocar el cielo con las manos: el Atlético más ganador de la historia no quería solamente levantar copas en España y aspiraba a más. Real Madrid, su clásico rival, ganador de la Copa de Europa (hoy llamada Champions League) en cinco oportunidades, en tiempos que no existían tantas diferencias, obligaban a no poder ser menos.
En la temporada 1973/1974, luego de eliminar a equipos como Celtic y Estrella Roja de Belgrado, Atlético llega a la final para enfrentar a Bayern Munich. Los alemanes eran de temer, pero Atlético tenía con qué hacer partido.
La final terminó con empate 0 - 0 y se fue a alargue. En esa oportunidad Aragonés tuvo la chance de hacer historia, anotó de tiro libre y adelantó a su equipo que tenía todo para conquistar Europa.
Pero el destino se interpuso. En un festejo adelantado el golero español descuidó el arco, permitiendo, a un minuto del final, el empate alemán con un tiro desesperado. Con la moral destruida, Atlético enfrentó dos días después al Bayern para desempatar tras el empate. Los alemanes llegaron con viento en la camiseta y ganaron 4 - 0.
Con demasiada superioridad, Bayern Munich amargaba la última gran noche de Aragonés como jugador. Al terminar de disputar esa temporada, la figura del jugador daba paso al entrenador.
De Atlético a la selección
Con el dolor provocado por la final perdida, Luis Lorenzo decidió abandonar la dirección técnica y los dirigentes propusieron a Luis Aragonés. El jugador decidió retirarse y aceptar el desafio de entrenar a sus compañeros. Con la chapa y mentalidad de ganador, los éxitos continuaron para los colchoneros.
Durante años se desempeñó en la dirección técnica. Dirigió a Betis, Mallorca y Barcelona, pero siempre regresó a casa: Atlético Madrid. Levantó Ligas, Copas del Rey y hasta una Intercontintental sin ser campeón de Europa. Sin embargo, la mayor emoción la sintió al regresar a Atlético a la Primera División, en el 2002.
Dos años después del título de Segunda, y tras otro ciclo en Mallorca, tuvo la chance de dirigir por primera vez a la selección española. La misma venía de fracaso en fracaso, sin demostrar en Europa la calidad de sus jugadores.
Su primera gran cita fue en Alemania 2006, sin un gran destaque. En su camino estuvo la Francia de Zidane, que los mandó de nuevo a casa. Pese haber prometido la renuncia si no salía campeón, se quedó en busca de revancha.
Sabiendo que el equipo podía más y con una experiencia mundialista sobre sus hombros, Aragonés cambia el estilo de juego de la selección de la histórica "furia", a la que él denominaría "la Roja".
Todavía el Barcelona de Guardiola no había disputado un solo partido cuando Aragonés comenzó a juntar a esos locos bajitos que tan bien jugaban al fútbol.
Le dió el mando del equipo a Xavi, que no era titular en el equipo azulgrana y lo rodeó de jugadores de buen pie como Iniesta, Fabregas y Cazorla. Como en todo cambio, hubo perjudicados y uno fue Raúl, simbolo de España en los últimos 15 años, que no fue citado para la Eurocopa. El técnico aguantó la presión de haber tomado una polémica decisión, y la movida le salió perfecta.
Poco a poco el equipo comenzó a tomar viento en la camiseta, mientras sabía que el principal problema de las selecciones españoles era su rendimiento en los momentos cumbres de la competición.
La primera señal de que este equipo estaba para cosas grandes fueron las victorias ajustadas sobre el final contra Grecia y Suecia, en la fase de grupos. Logró eliminar en cuartos por penales a Italia, sombra negra de la selección española durante toda la historia, y llego a semifinales por primera vez desde 1984.
En semifinales enfrentó a la sorpresa del campeonato, Rusia, y con contundencia la eliminó para medirse con Alemania en la final.
Aragonés sabía que no podía dejar pasar la chance de ser campeón de Europa y su cuadro no le falló. Fernando Torres, con la chapa del Atlético, anotó el 1 - 0. Sin errores de arqueros ni descuidos defensivos, España rompió el maleficio y se coronaba campeón de Europa luego de 34 años.
Tuvieron que pasar 38 años para que pudiera tomarse revancha de aquella final ante Bayern Munich. Esa noche dirigió su último partido con la selección española, para pasar a dirigir por unos meses a Fenerbahce.
Esa noche, Luis Aragonés dio un giro en la historia del fútbol español. Después vendrían las dos Champions de Barcelona con Xavi e Iniesta como líderes futbolísticos y el Mundial con Vicente del Bosque como entrenador. Títulos que comenzarron a gestarse en esa noche mágica en Viena.
Ganar, de eso se trata el fútbol
El 1° de febrero de 2014, su pérdida generó instantánea conmoción por parte de sus antiguos dirigidos. Su nombre queda en la historia y unido a Atlético Madrid, el equipo al cual llegó por la puerta de atrás y le termindó dando tanta hambre de victoria, la misma que inmortalizaría con su frase: "Ganar, ganar, ganar, de eso se trata el fútbol".
Atlético Madrid, su Atlético Madrid, ganó el pasado domingo el partido que le quedaba y quedó puntero en solitario de la Liga luego de 18 años.
Aragonés sonríe, su legado sigue vivo...